A la Virgen de Guadalupe (San Juan Diego debió soñar algo así)

Son tus ojos Virgen pura,
cuando miras, como liras
que armonizan mi cantar
Son tan tiernos y tan suaves
que embalsaman y engalanan
tu semblante sin igual
Sonrientes o tranquilos
son muy bellos, son destellos
rutilantes de alborear
Ellos son, cuando me miran,
dos bureles, dos corceles
que engalopan mi pasión
Cuando sufro, cuando lloro,
en estas rejas, tristes quejas
te delatan mi dolor
Siempre son tus dulces ojos
el anhelo, el consuelo
de mi pobre corazón
Cuando en ellos mi retrato
se refleja, una queja
te transmite mi emoción
Cuando lejos de ti peno
yo quisiera mi quimera
en tus ojos olvidar
No me dejes, no te apartes,
ni tus ojos mis abrojos
dejen nunca de endulzar
Al dejarte y al pensar
que nos los miro, en suspiro
se transforma mi canción
P. Leopoldo Guzmán, msps