Y nace para crecer, y crece para manifestarse

P. Sergio García, msps

Ando buscando, mi Niño, qué regalarte en esta fiesta de Epifanía. No quiero acercarme a ti sin nada en las manos y en el corazón. Me gustaría algo que te pusieras todos los días y no se trata de estrenar tuniquita cada día. Me gustaría algo que te hiciera ilusión recibirlo. Ya sé que me vas a decir: “pues entonces solo ámame de verdad”. Eso ya te lo he dado y siempre me faltará hacerlo de verdad.

Pero quiero algo más. Podría regalarte mis miserias y pecados y eso también te lo he regalado y aunque no te ilusiona mucho, por lo menos sabes que eres el único capaz de quitarlas y convertirlas en gracia.

Ando buscando qué regalarte, mi Niño y mi atrevimiento está en que quisiera ser yo mismo eso que te quiero regalar:

Quisiera ser el agua que sacia tu sed de cada día, el agua que alegra y corre como la vida misma,

Quisiera ser el pedacito de luz que ilumina tu rostro y también la luz que llega a las cosas que tú contemplas,

Te regalo el fuego que calentará tus noches de invierno y que te llevarán por los caminos de la oración a tu Padre,

Te regalo el pedacito de tierra por el que caminarás buscando, predicando, anunciando la buena nueva,

Te regalo el aire que respiras y que te recordará la necesaria presencia del Espíritu Santo, de quien vienes.

Sí, mi Niño, en esta Epifanía te regalo lo que es tuyo, te doy el agua de tu fuente, el fuego de tu hoguera, la luz de tu mirada, el aire de tu aliento, la tierra de tus pasos…

Pero ¿qué digo? Eres tú el que me lo estás regalando en esta tu manifestación gloriosa a toda la humanidad:

Me regalas la luz de tu Palaba porque el que te sigue no tropieza ni cae,
Me regalas el agua de tu verdad que salta hasta la vida eterna,
Me entregas el fuego de tu amor que quema de emoción las entrañas de mi vida,
Me compartes el aire de tu Espíritu que da siempre vida nueva,
Me haces caminar por la tierra de tus pasos que sostienen y guían los míos…

Y así jugamos, mi Niño, yo a que te llevo regalos y tú a que me llenas de tu amor.

Y a los 9 meses, hace 2020 años, dio a luz al fruto bendito de sus entrañas. Fue Navidad, principio de la salvación, sentido de la creación. Cuando María tuvo al niño en sus brazos, el mundo se elevaba; y Dios empezó a llorar emocionado.

Por eso, esta es la noche santa de la Navidad; esta es la noche que con su claridad aleja las tinieblas del pecado; esta es la noche del grito apasionado; esta es la noche de la ternura y la misericordia, esta es la noche esperada, por toda la creación, por toda la humanidad, anunciada por los profetas.

Esta es la noche de las bienaventuranzas para los pobres y afligidos, esta es la noche de la liberación para los oprimidos y tristes, esta es la noche de la plenitud de vida en los brazos de María y en el corazón de todos los hombres de buena voluntad.

Esta es la noche del canto y la alabanza, es la noche de “la gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor, la noche de todos”: la noche de NAVI-“DAR”.

P. Sergio García, msps

2 respuestas a «Y nace para crecer, y crece para manifestarse»

  1. Navi-Dar, Fiderente, y otras palabras que nos ha enseñado… Con Jesús Todo, en Jesús todos.
    Me encantan sus oraciones, sus textos, sus libros… gracias por estar, gracias por seguir, gracias por su amor a Jesús, gracias por su cariño…

  2. Hermosa reflexión padre, siempre dando lo mejor de usted para deleitarnos con esas palabras que llegan al corazón. Un abrazo

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