Una semana con los Misioneros del Espíritu Santo

Del 21 al 26 de julio se realizó la experiencia vocacional “Una semana con los misioneros del Espíritu Santo” en la comunidad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe). El objetivo fue que los jóvenes que ya están en acompañamiento vocacional vivan una experiencia de fraternidad, oración, servicio y colaboración pastoral para conocer más de cerca a la Congregación y aporte elementos a su discernimiento vocacional. El P. Santiago Pastrana, MSpS (de la comunidad de Huexotitla, Puebla) fue el responsable directo de acompañar a estos jóvenes. De igual modo, los PP. Juan Mendoza, (animador de la comunidad y párroco), Esteban Rosado, Ernesto Aguilar y Eduardo Suanzes, MMSpS, colaboraron para llevar a cabo esta experiencia.

El domingo 21 de julio los jóvenes comenzaron a llegar de distintos lugares del país: Saúl Otero de CDMX, Daniel y Luis Eduardo del Estado de México, Ángel Hernández de Hidalgo, Giacomo Minutti de San Martín Texmelucan (Puebla), Nazareth Saucedo de Tehuacán (Puebla), Giovanni Mondragón de Querétaro (Santa Barbara), Ricardo Niño de Veracruz y Luis Ernesto de la Cruz de Tuxtla. En total fueron 9 jóvenes que participaron en esta experiencia.

A partir del lunes 22 iniciamos con las actividades planeadas. Por las mañanas, comenzábamos el día orando comunitariamente. Eduardo Suanzes, MSpS nos ayudó favoreciendo este espacio para que los jóvenes conozcan nuestra manera de orar, uniéndonos a la Congregación con nuestras oraciones propias y también a la Iglesia Universal con las laudes. Por las noches, se cerraba el día recogiendo y agradeciendo lo vivido. A través del silencio los jóvenes pudieron tener un momento para estar frente a nuestro Señor y dialogar con Él.

Los desayunos, las comidas y las cenas fueron espacios fundamentales para que los jóvenes pudieran experimentar un elemento identitario de nuestra Congregación y manera de vivir: la fraternidad. En las distintas comidas compartidas se vivió un ambiente agradable, alegre, espontaneo y comunitario posibilitando el encuentro y compartir la vida con los MSpS. Además, el miércoles 24 festejamos el cumpleaños de Luis Eduardo. Con un rico pastel agradecimos por su vida y su presencia entre nosotros.

 

Así mismo, durante la semana, los jóvenes pudieron ir conociendo nuestra manera de hacer y vivir la misión. Ellos colaboraron en los distintos comedores existentes en el territorio parroquial y en el centro comunitario “Félix de Jesús Rougier”. De esta manera, tuvieron la oportunidad de compartir con los laicos, mujeres y hombres, que han elegido vivir solidariamente para servir a las personas necesitadas y vulnerables de sus comunidades. Estas actividades también fueron oportunidad para que observaran la realidad de migración que actualmente se vive en la ciudad.

Por otra parte, los jóvenes tuvieron un espacio específico para compartir y dialogar tanto con Santiago Pastrana, MSpS como con Esteban Rosado, MSpS acerca de la Congregación y nuestros padres Conchita y Félix. Así mismo, para conocer más sobre su experiencia vocacional a lo largo de estos años como consagrados y presbíteros. En otros días, los jóvenes acompañaron a Juan Mendoza y Eduardo Suanzes, MMSpS a las eucaristías en algunas capillas de la Parroquia. Particularmente, todos pudieron conocer la capilla de Santiago Apóstol en el contexto de su fiesta.

Algo que no pudo faltar en la semana fue el paseo comunitario como mediación que favorece la integración y el cultivo de la fraternidad en la Congregación. Los jóvenes y Santiago, MSpS fueron a Chiapa de Corzo y realizaron el recorrido del Cañón del Sumidero. También, aprovecharon para degustar de la comida típica del lugar y comprar algunos recuerdos para sus familiares y amigos.

Durante la semana, la celebración de la eucaristía fue clave para que los jóvenes pudieran ir compartiendo su experiencia y sus procesos vocacionales. Fue un espacio que favoreció sentir esa cercanía y familiaridad con Jesús nuestro Señor, quien los invita a seguirle escuchando para responder con gratuidad y generosidad.

Finalmente, el viernes 26 concluimos la experiencia con una comida en la casa. Los hermanos de la comunidad también invitaron a los adolescentes que participaron en la experiencia “Comenzamos” de este año. Se generó un espacio de compartir fraterno, agradeciendo por todo lo vivido y también se aprovechó para comenzarse a despedir. Pues algunos jóvenes comenzaban a partir esa misma noche.

Gracias hermanos de la comunidad de Tuxtla por su disposición y generosidad para ser mediación para que esta experiencia fuese posible y que estos jóvenes conocieran más a la Congregación: nuestro carisma y nuestra espiritualidad. ¡Sigamos orando para que Dios les muestre a estos jóvenes el camino a seguir y ellos se dejen hacer por el Espíritu!

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