¡Oh Padre!
Te suplico humildemente me descubras
día a día tu voluntad adorable.
Dame tu Espíritu Santo que ilumine mi mente y me enseñe,
que fortifique mi voluntad
y me guíe por el diario caminar de mi existencia.
Y tú, Jesús, enséñame a cumplir en el gozo
y la paz la voluntad del Padre como tú lo hiciste.
Que como tu Madre santísima
pueda decir:
«¡Hágase en mí según tu palabra!».
Amén.
por favor suplico ayuda no se por que no hago nada de lo que tengo que hacer o pienso que no lo hago , pienso que hacer me sufrir es lo mejor y le dara mas gloria a Dios pero he caido en los excesos y me ha regañado los padres , tengo un director espiritual pero no confio en que me dice que me olvide de las mortificaciones penitencias y ayunos aunque todos los confesores me han dicho lo mismo que me dice mi director no se porque no entiendo quiero dejar todo y no dejo nada , quiero sufirir ya ala vez me da panico no se que hacer me ietno cansada y en la locura
Mira, Dios no quiere que sufras. Dios quiere que ames. Sufrir no es lo mejor: amar es lo mejor. La felicidad no consiste es no sufrir consiste en saber sufrir,y tú ( por lo que cuentas en este mensaje) no estás sabiendo hacerlo: por eso es que no tienes la paz, porque no se trata de sufrir sino de amar. A Dios lo que le encanta es que te dejes en sus brazos, que goces con su ternura y que sepas darla a los demás. La relación con Él no estará bien, si la relación con tus padres, con tus amigos y desconocidos no es auténtica y buena. Eso implica el salir de ti misma y ese es el sacrificio que pide de todo seguidor de Jesús: salir amando fuera de sí mismo para entregarse a los demás. Ese es el Evangelio y no es evangelio el creer que a Dios le da gloria nuestro sufrimiento. Así que ¡ánimo!, haz caso a tu director espiritual, pon los ojos en la ternura de Jesús y esa ternura dásela a los demás, que no hay otra cosa que Jesús quiera de ti.