«Radio Conchita» – Diálogos

“RADIO CONCHITA” PRESENTA SU PROGRAMA FAVORITO: DIALOGOS

S = Sergio; R= Rut

S. Radio Conchita abre sus puertas a la historia en la que inevitable y afortunadamente todo hay que decirlo, encontramos mujeres que han salido del anonimato y han escrito su nombre breve, con letras del oro en el Evangelio. Me refiero a RUT. La he invitado entre otras cosas porque la misma palabra de Dios de este sábado 21 nos la recuerda.

Gracias, Rut, por aceptar venir a la que ya sabes que es tu casa. Además, en eso de buscar aventuras y salir sencillamente de ellas eres experta.

R. Bueno sí, aparezco como algunos más en las dos historias marcadas por la venida de Jesús: el Antiguo y Nuevo Testamento.

S. Quiero empezar, Rut ¿Por qué te consideras también presente en el nuevo testamento?

R. Bueno ya que el nombre es la persona, busca en el evangelio de Mateo.

S. Espera, no me esperaba esta sorpresa, voy a verlo: «Y Salmón engendró de Rahab a Booz, y Booz engendró de Rut a Obed y Obed engendró a Jessé y Jessé engendró al rey David».Mt 1, 5.

R. O sea que soy bisabuela del famosísimo Rey David. Y en eso de trasmitir a las nuevas generaciones las esencias de la humanidad pueden llegar hasta el mismísimo Jesús.

S. Rut, ¿eres judía?

R. Soy Moabita de nacimiento, pero judía por opción y adopción y sobre todo hago resaltar la trascendencia de las razas que van más allá según un proyecto de Dios.

S. Sí Rut, cuéntame un poco más, ¿por qué hablas del proyecto de Dios?.

R. «Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años».

S. Es una historia familiar y veo que ya sale tu nombre y te define como Moabita muy de tu pueblo en el que viviste diez años. ¿y qué pasó después?

R. Ya ves, parece una historia muy sencilla y lo es en verdad. Pero, continúo con el relato: «Murieron también los dos hijos, Mahlón y Quelión, quedando mi suegra Noemí sin sus hijos y su marido. Totalmente desamparada.

Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó que en el campo de Moab el Señor había visitado a su pueblo para darles pan.

Salió, pues, del lugar donde había estado y sus dos nueras; y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá».

S. Hasta ahora se da uno cuenta que las migraciones rompen nacionalidades y se busca satisfacer las necesidades básicas: pan, vestido, casa, trabajo, familia, etc. Abrevia, por favor, Rut.

R. Noemí nos dijo: «—vayan cada una a la casa de su madre; el Señor tenga con ustedes misericordia, como la ha hecho con los que murieron y conmigo».

Insistimos en quedarnos con ella, pero Noemí no lo aceptaba. Entonces Orfa besó a su suegra y se despidió, pero yo me quedé con ella.

S. ¿Y cuál fue tu argumento?

R. Escucha lo que le dije a Noemí: «no me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada».

S. Ya “Radio Conchita” con estas palabras tuyas tiene para buen tiempo de meditar, admirar y saber porque Yahvé Dios te eligió como antepasada de nuestro Jesús que se sentiría orgulloso de sus ancestros fueran como fueran…

No cabe duda, Rut, que tienes porqué enorgullecerte de estar en el evangelio precisamente en la página más complicada pero más importante para enlazar a nuestro Jesús con la historia de su pueblo. Y ahí estás tú.

R. No soy la única mujer que el evangelista Mateo nos incorporó a la lista más famosa de personajes importantes de la historia. Te las voy a decir:

    • Tamar, nuera de Judá que, triste porque no le daban marido, lo engañó…
    •  Rahab, que era prostituta de Jericó, pero escondió a los investigadores…
    •  Betsabé, esposa de Urías con la que David lo engañó y después nació Salomón…

S. Afortunadas ellas. Son de las que dijo Jesús que irían al cielo antes que nosotros. Pero quiero seguir contigo, Rut, un poco más y hacerte dos preguntas. Primera: ¿qué significó para ti decir «tu pueblo será mi pueblo?» Y…

R. Antes que me hagas la segunda pregunta que más o menos supongo cuál es. Quiero decir el impacto que Noemí causó en mí. De mujer a mujer me compartió mucho de la historia de los patriarcas, profetas, sabios de Israel. Con mucho superaban a los ídolos de Moab y no me invitó, al contrario, me dejaba en libertad para regresar con mi familia. Pero su testimonio y nuestro cariño me hizo decirle que me identificaba con ella hasta el final.

S. Bién, Rut, no me dejaste decir la segunda pregunta…

R. Pues, porque sin que me la digas, la imagino…

S. Sí, ¿que significó para ti decir «tu Dios será mi Dios»?

R. Lo que puedes imaginar, Sergio, lo que ahora dirá Jesús: CONVIÉRTANSE…

Es una de las expresiones más bonitas de la Santa Biblia en la que por ahí se encuentra el libro de Rut. Tú Dios será mi Dios es, no sólo complacer a mi suegra Noemí, sino prolongar su fe en mi vida. Poco conocía de este Dios, como la verdad poco conocía de los dioses moabitas. Eso de los dioses es muy difícil de discernir. Pero Noemí fue un testimonio muy bonito.

Decir eso es procurar iniciar un proyecto de vida conociéndolo sobre todo en la historia de las Alianzas, las historias de pecado como la que se vivían en tiempo de los jueces, pero un Dios que no se cansaba de perdonar enviando hombres y mujeres comprometidos con su pueblo y me hicieron comprender la bondad de su Dios.

S. En verdad, Rut, tus decisiones nos hablan de la firmeza de tu carácter, la belleza de tu seducción y tu lugar en el evangelio de Jesús.

Creo que deberíamos conocerte más. Nos ayudaría mucho cómo tomar decisiones por el amor, la verdad y la fe.

Nos quedamos con tu última palabra “TU DIOS SERÁ MI DIOS”.

Agradeciendo una inesperada visita a “Radio Conchita”, insistimos en su participación activa en nuestra experiencia para dar a conocer mejor el evangelio con el querido color de la espiritualidad de la Cruz.

Buenos noches, Rut y muchas gracias por aceptar nuestra invitación; buenas noches a todos cuantos nos favorecen con su audiencia. Amén.

P. Sergio García, msps

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