Les comparto aquí unos textos explosivos en el orden de la santidad, del P. Félix. Observarán que en ellos hay ciertas partes enmarcadas en un recuadro: son comentarios personales o algún texto del evangelio, esa Palabra de la Escritura que tanto iluminó y dio sentido y ocupación al ministerio de formador y misionero del P. Félix.
Como suele decirse de Jesús «conocerlo es amarlo, amarlo es seguirlo». En realidad, no seguimos al P. Félix; queremos seguir sólo a Jesús, pero como lo hizo el P. Félix. Espero que al conocerlo lo podamos reconocer como alguien propuesto como modelo para toda la Iglesia Santa de Dios. El P. Félix nos está diciendo, como todos los santos y santas, «es posible vivir el Evangelio».
En Casa Conchita vivimos la gracia de ser sus hijos en la vocación hasta el final y por eso lo compartimos.
P. Sergio García Guerrero, msps
Primero las damas y luego los caballeros | Nuestra hermosa vocación | Unión con Jesús para ir al Padre, movidos por el Espíritu Santo | Jesús, Jesús, Jesús |
Nuestra transformación en Jesús | Amemos a María | Ver por los ojos de Jesús | Trabajo y amor |
Algunas líneas de su vida y de su espiritualidad | |||
Un apasionado amor | Hay que elegir | La unión con Jesús | Para ir al Padre |
Por el Espíritu Santo | En unión con María | ||
El P. Félix y el sacerdocio | |||
Mi vocación al sacerdocio | Nada de lo que se refiere al sacerdocio nos debe ser indiferente | Víctimas por los sacerdotes | Oración al divino Padre por los sacerdotes |
Formación sacerdotal | ¡Sacerdotes! | Consagrados en el oficio del presbiterado | Los principios |
Historia de una mano | |||
“Mamá, decía un niño de siete años, ¿cuánto vale mi mano?” “Ah, hijo, muchos millones no pueden comprar una mano, porque vale más que todos los millones del mundo”. Y el niño se miraba su mano y decía: “qué gran tesoro tengo”. La mano, la mano del P. Félix, contemplada en diferentes situaciones y momentos, nos ayudará a la reflexión y la oración. Pero ¿por qué la mano, al pensar en el P. Félix? Les voy a contar tres historias y verán cómo y por qué fue su mano el signo de su seguimiento y fidelidad a Jesús. | |||
Una mano que se levanta | Una mano que peligra | Una mano que señala | Una mano en tu mano |
La otra mano |